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Me llamo Héctor Ortega González y me gradué en la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León en mi ciudad natal, Valladolid, en el año 2017 en la especialidad de danza clásica.

Después seguí mi formación académica en el English National Ballet School en Londres donde tuve la suerte de trabajar con la compañía homónima bajo la dirección de Tamara Rojo, y también con el Birmingham Royal Ballet.

En cuanto a mi carrera profesional, empecé en el Tivoli Ballet en Dinamarca y después me uní al Ballet Estatal de Salzburgo en Austria.

Posteriormente me incorporé al Ballet Nacional de Moravia y Silesia en la República Checa. Durante mi carrera he podido bailar grandes ballets clásicos como Manon o Don Quijote, ballet más neoclásicos como  Rossini Cards o Consequences, y ballet contemporáneos como Mulher Memories.

En la actualidad formo parte del Polish National Ballet.

Durante los últimos años, ya como bailarín, me he dado cuenta de que, aunque el mundo de la danza parezca muy pequeño, hay sitio para todos. No hace falta estar en la mejor compañía del mundo y realizar grandes piezas clásicas como El lago de los Cisnes para poder disfrutar de nuestra pasión por la danza.

Hay muchos estilos y compañías diferentes para poder bailar y realizar lo que nos gusta, compañías con una base más teatral, con un desarrollo más hacia el musical, con tutús pero sin puntas, solo chicos, 70 bailarines o simplemente 10; pero lo más importante de todo, es que nunca te rindas, si tienes un sueño, por muy difícil que creas que es conseguirlo, ve a por ello. Con trabajo y voluntad se consigue todo.

También es muy importante que no te importe lo que opine la gente, porque al fin y al cabo, quien va a realizar tu sueño eres tú....

Yo tengo una frase que utilizó mucho y me digo a mi mismo, que es "Que nadie te corte las alas".

Si tienes un sueño, trabajar para conseguirlo, con disciplina y valentía, seguro que lo consigues.

Egresado de la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León, curso 2016-2017. Especialidad: Danza Clásica

Se incopora como aprendiz al San Francisco Ballet en el año 2019, tras ser becado para el último curso de la Escuela del San Francisco Ballet School.

La experiencia como alumno del San Francisco Ballet School, ha sido muy gratificante para él y la ha vivido con muchísimas ganas e ilusión.  

"Después de trabajar duro tantos años al fin se ve la recompensa. Estar aquí es de lo mejor que me ha pasado en esta vida, una experiencia única e inolvidable. El momento en el que me dijeron que tenía un sitio en el último nivel del San Francisco Ballet School y que me becaban, me dejó sin palabras y no les podía estar más agradecido.

Lo primero que hice nada más enterarme y salir de las clases fue llamar a mis padres, aunque en España eran las tres de la madrugada. No podían estar más felices, tanto que esa noche ya no durmieron más. Estar en la escuela de una de las mejores compañías del mundo es algo que no se puede describir con palabras.

Tengo la suerte de estar bien preparado técnicamente para poder estar aquí, gracias a mis años de formación en la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León, concretamente en Valladolid que es mi ciudad natal y donde he cursado todos mis estudios. Aquí la técnica es prácticamente igual a excepción de algunas cosas a nivel de dinámicas, brazos, cabezas, propias del estilo americano, pero que enriquecen mi carrera como bailarín.

Aún no me creo que esté en el mismo edificio que la compañía principal y que pueda ver los ensayos, las actuaciones y que incluso vaya a participar en algunas producciones.

Por todo esto y mucho más, animo a todas las nuevas generaciones de bailarines a que luchen por lo que quieren y aunque a veces las cosas se ponen complicadas, los sueños se cumplen y las recompensas llegan".

Rubén Cítores